miércoles, 1 de febrero de 2012

Cómo pensar en inglés

49Aprender a pensar en inglés es una actividad que requiere de mucha disciplina, dedicación y sobre todo paciencia. Pensar en un segundo idioma supone un largo periodo de tiempo para lograrse, el cual puede prolongarse aún más si es que  llegas a bajar la guardia. Pero, ¿por qué es lento este proceso? Bueno, pues porque es necesario que cuentes con una base de vocabulario y gramática muy fuerte, de manera que te sea fácil construir frases casi espontáneamente, cambiando de tiempos verbales en un pestañeo. A medida que progreses en ambos aspectos, tu mente irá fijando fuertemente la esencia de todas aquellas cosas que te rodean y forman parte de tu vida cotidiana. Pasó exactamente lo mismo cuando aprendiste tu lengua materna. Estudios científicos han demostrado que el pensamiento está íntimamente ligado al lenguaje. Si es que te resulta difícil expresarte sin antes pasar por la traducción español-inglés en tu mente, necesitas más práctica en el dominio del idioma. Hay muchas formas para conseguir la asimilación de palabras y estructuras en inglés, que como es bien sabido, dichas reglas gramaticales poseen una sintaxis totalmente diferente al español. Un consejo muy útil para evitar la traducción mental de idioma a idioma, es aprender las frases tal y como se dicen en inglés.
La repetición es fundamental. No te conformes con repasar una palabra o estructura tan solo unas pocas veces. Para lograr un dominio exquisito hay que hacerlo más de cincuenta veces (un nativo lo hace incluso  cientos de veces diariamente), sin duda la eficiencia con la que quieras comunicarte mejorará radicalmente. No hay razón para precipitarse, hay que tener cimientos fuertes para progresar satisfactoriamente. Comienza con palabras simples priorizando la pronunciación. Cuanto más expongas tu oído al idioma, mayor capacidad tendrás para reproducir los sonidos que escuches. Después podrás intentar con estructuras más complejas y vocabulario más rebuscado, ¡pero no antes! Recuerda que las bases son fundamentales.
Si eres disciplinado, notarás el progreso que hayas realizado con el hecho de que puedas crear notas mentales sobre tus actividades diarias, es decir, las charlas internas contigo mismo, tal como lo haces en español. Poco a poco le darás espacio en tu pensamiento a este segundo idioma. Además te sentirás más cómodo en conversaciones y situaciones que ameriten el uso del inglés porque habrás asimilado partes del lenguaje. Por ejemplo, si quisieras decir a un angloparlante “buenos días”, seguramente no tardarías ni un segundo en hacerlo. Si analizas un poco, tampoco necesitas traducir la frase mentalmente, si lo hicieras te darías cuenta que no tiene mucho sentido en español. Sin embargo la has dicho una infinidad de veces, que te sale tan natural y entiendes perfectamente la esencia de lo que significa y lo que quieres comunicar. Así que ten paciencia y dedicación. Practica todos los días al menos veinte minutos. Tener un objetivo en mente seguro te ayudará a mejorar tu inglés rápidamente.

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