sábado, 11 de febrero de 2012

Cómo mejorar la comprensión auditiva del inglés

¿Qué sería de nuestra comunicación con otras personas sin una comprensión auditiva adecuada? Claramente los mensajes nos llegarían distorsionados y el círculo de comunicación estaría incompleto de muchas maneras. Se tendría algo así como una especie del juego clásico de teléfono descompuesto.

Gran dificultad de los hispanohablantes para entender el inglés hablado, radica en la frecuencia propia de este lenguaje. El inglés posee un rango de frecuencias que oscila entre los 2000 y 12000 Hertz, mientras que el español solamente abarca las que corresponden entre los 125 y 500 Hz. Esto significa que para mejorar la compresión auditiva del inglés, el oído debe acostumbrarse a discernir los sonidos de ese nuevo rango de frecuencias; y exponer el oído a muchas horas de inglés es la mejor forma para entrenarlo.

Hay una tremenda diferencia entre oír y escuchar, y sin embargo suelen usarse ambos términos de manera incorrecta muy frecuentemente. Oír significa percibir con el aparato auditivo los sonidos y palabras que se hablan. Por otra parte, escuchar significa prestar atención e involucrar los demás sentidos para entender las palabras que se dicen. En el aprendizaje del inglés es recomendable dejar esta última actividad para mucho después, es decir, no enfocarse en entender todo lo que se escucha. Un error muy común es tratar de comprender completamente una película o una serie de televisión. Las personas que intentan la osadía, invierten mucho de su tiempo y esfuerzo, para obtener finalmente una enorme dosis de desmotivación. La actividad anterior es en extremo difícil, imagina que incluso para muchos nativos angloparlantes los problemas de comprensión son eminentes. Las películas y series de televisión, la mayoría de las veces poseen un inglés hablado que va por encima de la realidad incluso hasta tres veces.

4Curiosamente existe un truco que tú mismo puedes comprobar y que potencializa la comprensión auditiva del inglés sin ningún esfuerzo. Así es, no necesitas esforzarte en lo más mínimo. El truco se trata de la escucha indirecta y es bastante simple. Consiste en mantener el idioma inglés como sonido de fondo durante tus actividades cotidianas. Es decir, mientras que lees el periódico, preparas la comida, haces ejercicio, o los quehaceres de la casa, el inglés debe acompañarte fielmente. Pero ¡ojo! no se trata de poner atención a lo que oyes, se trata de acostumbrar al oído a nuevos rangos de frecuencias. Esto seguramente te ha pasado más de una vez. Sucede que tras escuchar una grabación en inglés, tu comprensión radica en no más del 40%, y quizás la segunda vez que lo hagas se incremente hasta el 70%. Sin embargo, después de ver la transcripción logras entender casi a la perfección el mensaje del audio. Esto pasa porque el oído no está discriminando los sonidos del idioma. Es una advertencia que dice que tu oído no está lo suficientemente entrenado para discernir las palabras inglesas. Como bien dijimos, el entrenamiento se logra a través de miles de horas de exposición al lenguaje que se aprende. Haz la prueba. Relájate mientras mantienes el inglés acompañándote en tu día a día. Recuerda prestar atención a tus actividades cotidianas, más no a las grabaciones. Así, al cabo de un tiempo verás una notable diferencia en tus resultados con los ejercicios que requieren de comprensión auditiva, la cual es típica de los cursos tradicionales de inglés o de exámenes de certificación. Mide tu progreso cada seis meses, pero sobre todo sé perseverante y escucha inglés cada vez que puedas.

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